St. Ignace

El mejor momento para visitar St. Ignace es durante el verano, de junio a agosto, cuando el clima es cálido y soleado, ideal para actividades al aire libre como cruzar el Puente de Mackinac, tomar ferries a Mackinac Island y disfrutar de las playas del Lago Hurón. La primavera (mayo) y el otoño (septiembre-octubre) también son excelentes para quienes prefieren menos multitudes y paisajes coloridos, con el follaje otoñal que transforma la región en un espectáculo vibrante; sin embargo, el invierno es perfecto para deportes de nieve si buscas una experiencia única, aunque con temperaturas frías por debajo de cero.

Entre las atracciones imperdibles en St. Ignace se encuentra el Puente de Mackinac, un hito icónico de casi 8 kilómetros de longitud que ofrece vistas impresionantes y un centro de visitantes con exhibiciones interactivas. No te pierdas el ferry a Mackinac Island, donde puedes explorar su ambiente victoriano sin automóviles, carruajes tirados por caballos y el histórico Fort Mackinac. Otros sitios destacados incluyen el Parque Estatal de Castle Rock con sus formaciones rocosas y senderos panorámicos, el Museo de los Estrechos de Mackinac que detalla la historia nativa americana y colonial, y la playa de Gross Point para relajarte junto al lago o practicar kayak.

La cocina local de St. Ignace se caracteriza por su enfoque en ingredientes frescos del Lago Hurón y la Península Superior, con énfasis en mariscos como el pescado blanco ahumado, trucha y perca frita, servidos en restaurantes costeros con vistas al agua. Influenciada por las tradiciones nativas americanas ojibwa, incluye platos como el 'pastie' (un hojaldre relleno de carne y vegetales, herencia minera), sopas de venado y wild rice (arroz silvestre). También encontrarás opciones de comfort food en diners locales, como hamburguesas de ciervo o postres con arándanos silvestres, todo en un ambiente acogedor que refleja la hospitalidad de la región, con cervezas artesanales de cervecerías cercanas.