Imperia

El mejor momento para visitar Imperia es durante la primavera (marzo a mayo) o el otoño (septiembre a noviembre), cuando el clima es suave y agradable, con temperaturas entre 15°C y 25°C, menos multitudes y precios más accesibles en alojamientos. En verano (junio a agosto), el calor puede ser intenso y las playas están abarrotadas, aunque es ideal para festivales y actividades acuáticas; evita el invierno si buscas sol, pero es perfecto para explorar la historia sin multitudes.

Las atracciones imprescindibles incluyen la Catedral de San Maurizio en Porto Maurizio, con su imponente fachada barroca y vistas al mar; el Museo del Aceite de Oliva en el Palazzo delle Muse, que ofrece una inmersión en la tradición olivarera local; el casco antiguo de Oneglia con sus palacios renacentistas y el puerto pesquero para una experiencia auténtica. No te pierdas las playas como Spiaggia di Porto, el Observatorio Geofísico y paseos por la Villa Grock, una antigua mansión circense convertida en museo excéntrico.

La cocina local de Imperia es típicamente ligure, centrada en ingredientes frescos del mar y la tierra, con énfasis en el aceite de oliva virgen extra, que es el producto estrella de la región. Prueba platos como el pesto genovés con trofie, el focaccia al genovese, pescados frescos a la grilla como el acciughe (anchoas) fritas o en salsa, y la farinata de garbanzos. Los vinos locales como el Rossese de Dolceacqua complementan estas delicias, y no olvides el gelato artesanal o los dulces con almendras; todo ello se disfruta en trattorias familiares con vistas al mar, destacando la simplicidad y frescura mediterránea.